sábado, marzo 25, 2006

Desnudez




Sólo puedes ver lo que tus ojos quieren mirar…

Ojos que a veces ensucian y distorsionan una imagen limpia, natural y llena de vida como un cuerpo desnudo... como mi cuerpo desnudo, hermoso y perfecto tal y como es…


Por qué te empeñas en tatuar sobre mi piel tu vergüenza y tus miedos?

Por qué lo haces también con mi alma y sus anhelos más profundos?

Por qué satanizas mis instintos también perfectos?

Por qué te asusto?

Por qué me exiges que me esconda?

Por qué castras mi sexo?

Por qué me exiges ir contra mi propia naturaleza: sin ropas, ni prejuicios, ni exigencias y llena de deseos de ser y sentir?

Hubo un tiempo en el que quise ponerme tus ojos… ensucié mi desnudez, me llené de miedo y de vergüenza, suplanté mi alma y sus anhelos con dogmas irrevocables y estándares sociales para ser “aceptable”, disfracé a mis instintos de demonio, me asusté de mí, me escondí, castré mi sexo y me confesé con un cura ante cada tentación, fui contra mi propia naturaleza escondiéndome tras ropas que me cubrieran la sensualidad, ondeaba una bandera de prejuicios, me veía a través de un estandarte de exigencias y puse en el congelador mi deseo de ser y de sentir… finamente me convertí en una actriz de tiempo completo… fría, autómata, llena de respuestas no digeridas y convencida de tener una autoridad moral suficiente para enjuiciar a quienes no actuaban en mi misma obra… en todo este tiempo un zumbido me acompañaba… sin embargo, me acostumbré a él y decidí ignorarlo.

La mujer que soy estuvo encerrada en una olla express… y zumbaba y zumbaba siendo constantemente ignorada. Hasta que un buén día llegó la explosión… entre polvo y ruinas se levantó una mujer desnuda, llena de deseos de explorar el mundo al que se le negó conocer… todo lo demás quedó hecho cenizas mojadas…


Salomé.-

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