Redecoro mi sala, mi comedor, mi cuarto, el de mi hijo... redecoro y organizo, saco lo que no me sirve y dejo lo que necesito conmigo... redecoro y organizo también así mi existencia.
No necesita emular una sonrisa, ni mentir, ni callar, No le teme a mi felicidad, a mis verdades, ni a mis anhelos, El es él... Yo soy yo... nos vemos el uno al otro sin encajarnos en moldes.
El hombre que va a mi lado se sabe valioso, y por ello me valora Va tras sus sueños y se alegra al verme perseguir los míos, Conocemos mucho el uno del otro y, sin embargo, Seguimos siendo un misterio por descubrir cada día.
El hombre que va a mi lado me gusta por fuera y por dentro, Me ama tanto como me desea, Compañero incansable de espíritu y de cama. Sabe dónde, cuándo y cómo tocarme...
El hombre que va a mi lado sabe de mis afectos, Y yo sé de los suyos... Los demás amores no son amenaza. Familia, amigos y aficiones son parte de cada quién.
El hombre que va a mi lado sólo se ríe de mis bromas cuando le sale hacerlo... Me deja llorar y me acompaña, Sabe estar a cada momento y también sabe cómo.
La tan ansiada soledad llega el viernes por la noche... Paradójicamente en esta ocasión, mi primera impresión al cerrar la puerta luego de despedirme de mi chikillo, fué de un gran vacío y luego de miedo... miedo a esa sensación de estar sola. Hice una llamada buscando compañía y no la encontré. Vine a refugiarme en mi computadora y no había nadie con quién chatear un poco... Luego me dormí, y al despertar y ver que era ya de noche, me sentí muy extraña... Mi depa en silencio, mi gato mirándome fijamente, y el vacío que quise desaparecer a media tarde también me esperaba impaciente. Anoche fuí una fugitiva de mí misma... y por más que intenté, no me pude escapar.
Estoy en el suspenso previo al despegue... Cierro mis ojos, respiro profundo y me agarro fuerte al madero... El primer paso define los demás y sé que está a punto de llegar, Quizá hasta ya lo dí y no me he percatado... Lo que sí sé es que falta muy poco para emprender mi vuelo... Ay Chuchito... llévame con bién, vida y salud a mi destino! Y que no me falle la escoba! Aaaamén!
Anoche tu miel se hizo negra y amarga. Tus palabras, antes suaves, ahora fueron torpes. Te morías de rabia y no era contra mí. Quisiste regalarme algo amoroso y me dejaste con los pelos de punta! Una escena tragicómica en realidad... Hoy que miro el momento a distancia, me matas de ternura! Cuanto te quiero Amigo Furibundo!
Separar al amor del sexo, lo que parece misión imposible para algunas féminas que con tal de tener encuentros sexuales se enamoran cada fín de semana, me sucedió...
Ante mi necesidad de piel, pude darme lo que mi cuerpo pedía a gritos sabiendo que allí no había amor, ni cariñito, ni muchos puntos de coincidencia, ni buena plática, ni siquiera amistad... solo excelente química y MUY buen sexo.
Podría decir que la experiencia fué extraordinaria y no lo haré...
Aunque fué interesante "tirar" con un pié enyesado, mi sensación final fué de satisfacción incompleta , por lo cual en esta ocasión no pediré aplausos...
No estamos tan perdidas las mujeres que queremos todo: Sexo con pasión, con ternura, con caricias que transmiten sentimiento, con juegos de seducción, con fuerza salvaje, con un preludio de buena plática, con algunos "te quiero" (no estoy siendo tan ambiciosa como para pedir muchos "te amo!") y finalizando con un dulce abrazo, amaneciendo juntos, bañarnos el uno al otro, vestirnos el uno al otro, sonreír y poner cara de tarados... en fín: LA EXPERIENCIA COMPLETA.
Digamos que hay hambre, que además hay antojo de una comida "Gourmet" acompañada de un excelente vino con exquisita música de fondo y a la luz de las velas, pero el bolsillo solo dió para ir a un Burguer King... estuvo bién y ya, pero el antojo sigue estando...
Bueno, finalmente no me quedé muerta de hambre y pude comerme mi Whoper con queso... pero cómo me gustaría ir a un restaurant 5 estrellas!
Anoche, entre dormida y despierta, comencé a sentirme desesperada por mi nueva situación del pié enyesado... me levanté, fuí a la cocina por unas tijeras y corté todo el vendaje de arriba a abajo para luego quitármelo... mi pié se ve hinchado y con un gran morete al lado del tobillo... luego sentí un poco de dolor ante ciertos movimientos y atiné a moverlo lo menos posible y me dormí nuevamente... Esta mañana sentía la necesidad de contar a las personas cercanas lo que había hecho... hasta que me dí cuenta de que las respuestas no vendrían de afuera...
Me quedé conmigo y me pregunté a mí misma qué me desesperó más de estar con mi pié inmovilizado y, por lo tanto, con mi capacidad de acción más limitada... la respuesta fué más que sencilla. Mi pié estaba representando en lo que se ha ido convirtiendo mi vida... un gran silencio... ver la vida pasar mientras estoy aparte, encerrada dentro de otra película que va en cámara lenta.
¿Que si permito que el miedo me paralice? Sí, Javier... la respuesta a tu pregunta, es afirmativa.
Me he creado un laberinto circular... y ya se me olvidó donde está la salida.